La distribución de energía eléctrica es una de las etapas más importantes dentro del sistema eléctrico, ya que permite que la electricidad generada en centrales llegue de manera segura y continua a los consumidores finales: hogares, comercios, hospitales e industrias.
Aunque la mayoría de las personas suele asociar la electricidad con las torres de alta tensión o las plantas generadoras, lo cierto es que el proceso no termina allí. La electricidad debe recorrer varios niveles de transformación y protección antes de que podamos cargar un teléfono móvil, encender la luz o poner en marcha una fábrica. En este artículo explicamos qué es la distribución de energía, cuáles son sus tipos y qué elementos la hacen posible.
¿Qué es la distribución de energía eléctrica?
El sistema eléctrico se compone de tres grandes fases:
- Generación: donde se produce la energía en centrales solares, hidroeléctricas, térmicas, eólicas, entre otras.
- Transmisión: que transporta la energía en alta tensión a largas distancias, minimizando pérdidas.
- Distribución: que adapta y entrega la electricidad en niveles de media y baja tensión para que sea utilizada por los consumidores finales.
La distribución comienza en las subestaciones eléctricas, donde la energía se transforma a media tensión. Desde allí se reparte a través de redes interconectadas y centros de transformación, hasta llegar al contador eléctrico de cada usuario.
Tipos de distribución eléctrica
Existen dos grandes tipos de distribución de energía:
1. Distribución primaria
- Se realiza en media tensión.
- Conduce la electricidad desde las subestaciones hasta los centros de transformación.
- Está diseñada para abastecer a grandes consumidores electro-intensivos, como industrias, explotaciones mineras o parques tecnológicos.
2. Distribución secundaria
- Se lleva a cabo en baja tensión.
- Es la fase más cercana al usuario final, ya que convierte la electricidad en niveles seguros para hogares, oficinas, hospitales o comercios.
- Su función principal es garantizar un suministro estable y de calidad, adaptado a las necesidades de cada punto de consumo.
La principal diferencia entre ambas es la tensión de operación y la distancia al consumidor final. La primaria trabaja con tensiones medias y largas distancias, mientras que la secundaria opera con tensiones bajas y alimenta directamente a los usuarios.
Elementos clave en la distribución de energía
La distribución eléctrica funciona gracias a una serie de equipos que aseguran su continuidad, protección y eficiencia:
- Cables de alimentación: son las “arterias” que transportan la energía. Están fabricados para soportar corrientes elevadas y condiciones extremas de humedad o temperatura.
- Centros de transformación (CT): instalaciones que reciben energía en media tensión y la convierten en baja tensión. Son fundamentales en la distribución secundaria.
- Transformadores eléctricos: dentro de los CT, son los encargados de aumentar o reducir la tensión de un circuito sin alterar la potencia.
- Celdas de media tensión: funcionan como grandes interruptores. Protegen los transformadores y permiten controlar el flujo eléctrico de forma segura.
- Cuadros de baja tensión: distribuyen y protegen la electricidad hacia los diferentes puntos de consumo.
Innovación en la red de distribución
La red de distribución ha evolucionado con la incorporación de nuevas tecnologías:
- Automatización y control remoto: permiten operar los centros de transformación y celdas de manera digital, aumentando la rapidez de respuesta ante incidencias.
- Redes inteligentes (Smart Grids): integran sistemas de comunicación y análisis de datos para mejorar la eficiencia y facilitar la integración de energías renovables.
- Electromovilidad: el crecimiento del vehículo eléctrico exige reforzar la red de distribución con más puntos de recarga y mayor capacidad de suministro.
Importancia de la distribución eléctrica
La distribución eléctrica es vital para garantizar que la energía llegue a los consumidores con los niveles de tensión adecuados y sin interrupciones. Una red de distribución bien diseñada:
- Asegura la continuidad del suministro.
- Minimiza pérdidas de energía.
- Protege a los usuarios y equipos eléctricos.
- Facilita la transición energética, integrando fuentes renovables y nuevas tecnologías.
Conclusión
La distribución de energía eléctrica es el puente indispensable entre la generación y el consumo. Dividida en redes primarias y secundarias, y apoyada en centros de transformación, transformadores y celdas de media tensión, constituye la columna vertebral que hace posible nuestro día a día.
Gracias a la digitalización y a las soluciones de automatización, esta red evoluciona hacia un modelo más inteligente, resiliente y sostenible. En definitiva, sin distribución eléctrica, la energía no podría llegar de forma segura y eficiente a quienes más la necesitan.